Basada en una historia real que explica el origen del narcotráfico en Colombia, la película se sitúa en los años 70 cuando la juventud norteamericana abraza la cultura hippie y con ella a la marihuana.
El compositor aplica una música ambiental arcaica, primaria y orgánica, que remarca y enfatiza la antigüedad del lugar y de las raíces de sus gentes, lo que funciona por contraste con el nuevo mundo que la droga abre para esa tierra.