Una mujer casada, despechada, inicia un viaje en solitario, en el que se encuentra a toda una galería de personajes con los que congenia.
Agradable partitura romántica en la que el compositor aprovecha la ubicación veneciana de la película para la creación de una serie de melodías ambientales en la que predominan la guitarra, la viola, la mandolina y naturalmente el acordeón.