Una joven inestable y desequilibrada vive en permanentes sueños, con los que pretende alejarse de su cruda realidad. Conoce a una alcohólica desempleada y entonces decide apoyarse en ella.
Partitura en la que se emplean tres violoncelos y un contrabajo y que, mayoritariamente, se adscribe al personaje central. El tema empleado para la muchacha es triste, desnudo, que no la arropa emocionalmente sino que muestra su faceta más desoladora. Hay muy poca música en la película, y no participa en los sueños de la protagonista, sino que la sitúa en su realidad. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Alberto Iglesias Film Works 1990-2000 (01).