Para evitar una demanda judicial, un director de cine acepta rodar un filme sobre la pasión de Cristo en un pueblecito de la Toscana.
A pesar de tratarse de una comedia, la música recorre territorios serios, dramáticos y místicos, no con fines humorísticos sino para trascender y aprovechar el contraste para enfatizar el peripatetismo del protagonista en un entorno que no controla. La música, a ratos dura y en otros lírica y delicada, es variada en temas y aunque cuenta con un notable tema principal es algo dispersa en su estructura.