Cine negro americano en estado puro, con irónicos diálogos, en el que una viperina mujerseduce a un agente de seguros para que mate a su marido, todo ello con nefastas consecuencias.
El compositor enfatizó los aspectos más oscuros y tétricos de la relación entre los protagonistas y de la enigmática y absorbente personalidad de ella, evitando incidir en aspecto romántico alguno, sino remarcando el deseo carnal y la brutalidad de ambos, cuando toman la decisión de asesinar al marido. Para ello, empleó melodías duras y contundentes, incluso en su tema romántico, de sutil fatalidad.
Fue algo innovador en su época, hasta el punto que el compositor tuvo que enfrentarse al jefe del departamento musical del estudio, quien, profundamente disgustado, le recomendó que escuchase la música de Herbert Stothart en Madame Curie (43) para que supiera cómo se debía escribir una partitura cinematográfica: "pero cuando yo le dije que 'Curie' era básicamente una historia de amor, él describió mi música como más apropiada para 'La batalla de Rusia'". Su trabajo fue finalmente aprobado cuando el director artístico del Estudio, Buddy de Sylva, vio la película, alabó las disonancias de la partitura e hizo una sola crítica: "no hay bastante música".
En 1981, Lawrence Kasdan dirigió un remake de titulado Body Heat (81) e intentó convencerle para que escribiera la banda sonora, pero el compositor rechazó enérgicamente esa posibilidad alegando que, al ser las secuencias eróticas tan deliberadamente explícitas, su composición no aportaba absolutamente nada al proyecto. Se acompaña de fragmentos de las bandas sonoras de The Killers (46) y The Lost Weekend (45).
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