Diez años después de la desaparición de catorce niños, un policía local y padre de uno de los desaparecidos, cree tener en el calabozo al responsable de los secuestros.
Banda sonora en la que el compositor recrea un entorno críptico y claustrofóbico, contrastado por música dramática, incialmente débil y afligida, que se fortalece con su tema principal, liberador.