Unos temblores submarinos liberan en el Lago Victoria una gran cantidad de pirañas, que inician un ataque masivo contra los humanos.
Muy lejos de lo hecho por Pino Donaggio en el filme original, esta es una banda sonora efectista y aparatosa, sin sutileza alguna y que se sustenta en los consabidos efectos orquestales y sonoros impresionistas pero no impresionables, sin estructura narrativa y sin mayor interés.