Monsieur Hulot es invitado a la inauguración de un hotel dotado de tecnología ultramoderna, que le juega todo tipo de malas pasadas.
Deliciosa y entrañable creación musical que se basa en el jazz para la elaboración de una serie de melodías que van de lo meramente romántico a un estado de cierto caos, de acuerdo con el propio filme. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Jacques Tati (95).