En una ciudad en la que un introvertido joven causa el terror asesinando muchachas, llega un policía para investigar el caso, sin prever sus fatídicas consecuencias.
El compositor intenta recrear una ambientación tensa y opresiva, pero en su resultado final esta partitura es errática y poco definida, que no sirve a las necesidades dramáticas del film. Destaca un motivo ejecutado con viola a modo de lamento desesperado, con el que se define el tormento psicológico del asesino, aunque queda totalmente diluido en la banda sonora, ya que los temas que aplica en el resto son muy parecidos estilísticamente y, en consecuencia, acaba por ser un trabajo tan esforzado como inoperante, en el que su autor no muestra valentía.