Cuando enviuda, un hombre queda solo en la responsabilidad de cuidar de su hijo autista, que se acaba refugiando en un mundo de fantasía ante la imposibilidad de comunicar su estado por la perdida de su madre.
Banda sonora que gira en torno a dos temas centrales: uno, el principal, para el niño y el otro para su madre. Ambos son melodías sencillas, íntimas y evocadoras, que durante el filme establecen una suerte de diálogo y de intercomunicación. Son interpretados al piano, con alguna variación cantada o también orquestal. La música adicional de Bauer se dedica a recrear el entorno de fantasía, externo a los personajes, con sonoridades electrónicas. Es una creación minimalista en su expresión pero emotiva y elegante.