En la posguerra española, un hombre que se gana la vida como feriante, retando a las gentes a meterle goles en su portería. Pero llega a un pueblo que va a ser atacado por los maquis.
Partitura con la que el compositor se aproxima a la música del western, pero manteniéndose fiel a su estilo y su atrevida forma de abordar la creación para el cine, una opción de riesgo que aquí ha sido sustentada en base a melodías de origen celta en las que ha insertado instrumentos como la guitarra acústica, la harmónica y silbidos. Logra así acercarse al género, pero sin renunciar a su propio ideario, como queda evidenciado en la dulzura de sus temas. A estos añade también la presencia de tenebrosos y demoledores coros masculinos, que se aplican para recargar la tensión, y de rítmicos momentos que ayudan a desdramatizar las situaciones. El único problema es que es demasiado material para un filme tan sencillo.