Filme de acción real y animación en stop-motion. Cuando un grupo de exploradores va en busca de un yeti, se encuentran cautivos de una antigua raza de criaturas alienígenas
Esta película, que ha tardado más de 50 años en completarse (el proyecto se remonta a 1967, aunque no comenzó a hacerse hasta 1978), puede convertirse en un clásico del cine de serie B tanto por estas circunstancias como por ser una prueba testamentaria de amor al arte del cine: el director falleció en 1999 y su obra ha sido acabada y completada 25 años después. Es probable que David Allen, que fue finalista al Oscar por los efectos especiales de Young Sherlock Holmes (85), ya contara con Richard Band en el apartado musical en tanto el productor del filme es Charles Band, hermano del compositor. Pero sea así o no Richard Band hace honor a la película, a su estilo y espíritu con una muy notable creación que rinde tributo al género de la fantasía y a los clásicos de sus años dorados. Lo hace con una solvente, poderosa y majestuosa creación sinfónica (con elementos electrónicos) aplicada para el énfasis de la aventura, la fantasía, el terror y lo romántico. Cuenta con un brillante tema principal y con amplio despliegue de temas que retrotraen a aquellas bandas sonoras de filmes con efectos especiales de Ray Harryhausen, un homenaje y recuerdo que merecería convertir a esta banda sonora en un pequeño gran clásico de la música de cine reciente.