Filme basado en un videojuego. Un rey y su hijo derrotan al Maharajá gracias a la traición de su visir. Entre los tesoros del Maharajá hay un enorme reloj de arena y una daga. Solamente el visir conoce el terrible poder de estos objetos, y los engaña para que liberen las arenas del tiempo. Este acto convierte en criaturas de arena a casi todos los presentes, incluido el rey. El príncipe deberá buscar la manera de deshacer el entuerto y contará con la ayuda de la hija del Maharajá.
Con la impronta de la música industrial del MediaVentures esta es una partitura que reúne no pocas virtudes pero también algunos defectos. El principal de estos es su sobrecarga de efectos orquestales impresivos e impresionistas, que acaba provocando cierto ahogo y una gran saturación, y que convierte lo que debería ser música en meros fuegos de artificio, muy poco sutiles. Pero esto es ya algo característico -y parece ser también inevitable- en este tipo de producciones.
A su favor, hay que señalar el esfuerzo del compositor por desarrollar una partitura que enfatiza la aventura en su máxima dimensión, con suntuosas melodías donde incluye referencias étnicas y coros, hechas todas ellas para agradar al espectador pero sin perder de vista las necesidades del filme. Es, en este sentido, una creación poco interesante desde una perspectiva estrictamente musical, pero muy eficiente en su funcionalidad. Tampoco tiene mayores pretensiones artísticas y la mayor parte de sus temas son, pese a su poderío, bastante simples. Pero es eficiente.