En plena Guerra Fría un Cardenal es arrestado en un país de la Europa del este y sometido a un duro interrogatorio para que confiese un delito que no ha cometido.
Elaborada partitura dramática que fluye mansa pero manteniendo un tono de permanente tensión, que en ningún momento se excede en sus intenciones. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Curse Of The Werewolf And Other Film Music By Benjamin Frankel (06).