“Prisioneros” es una muy notable película. De esas que uno se espera una historia convencional y luego se lleva la gran sorpresa. Lo que hace grande a “Prisioneros” es, precisamente, que consigue salirse de las típicas películas del género. No se queda en la mera resolución de un secuestro, si no que logra profundizar mucho más, gracias al planteamiento de una serie de dilemas morales y éticos en una situación tan extrema y delicada. Además de un complejo y elaborado guión, lo que también hace grande a la película son las brillantes interpretaciones de los dos protagonistas, Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal, llenas de registros y que saben dar mucha profundidad a sus personajes. Lo mismo ocurre con el austero aspecto visual (excelente fotografía) que logra crear una maravillosa atmósfera gris, de mucha tristeza (recuerda mucho al videojuego Heavy Rain), y el tempo lento y sostenido de la cinta, otro aspecto que la alejan de las típicas películas del género, más dinámicas y con más acción. Y lo que nos queda es hablar de la aportación musical de Jóhann Jóhannsson. Este compositor islandés (del que no había oído hablar hasta ahora) logra una banda sonora realmente interesante y en consonancia con las texturas y sensaciones que pretende transmitir la película, siendo una música bastante minimalista, pausada, con muchos silencios, que refuerzan y complementan los demás elementos del filme que he comentado anteriormente, contribuyendo especialmente a crear esa atmósfera de desolación que repercute dramáticamente en los personajes. El tema principal, muy triste, cuenta con una variación más optimista en el track “Through Falling Snow” o “Prisoners” preciosa, y en general se aprecia el trabajo de elaboración que hay detrás de una música tan minimalista y, a la vez, tan sutil. Muy recomendable, se merece al menos un visionado.

Jóhann Jóhannsson es el compositor del score. Su melodía es de tono afligido de desesperanza, su escucha junto con el visionado de las imágenes es elocuente.