En la Irlanda de 1862 una niña deja de comer pero permanece milagrosamente viva y en buen estado. Una enfermera inglesa es llamada para observarla.
El compositor aplica una música elaborada, poco ortodoxa, para la recreación de un entorno de misterio, áspero pero muy expresivo, mediante sonoridades electrónicas, instrumentos varios y voces. Es una música muy cambiante, imprevisible, con momentos notables.