Extrañas muertes y desapariciones coinciden con una serie de asesinatos rituales en Manhattan. Un detective descubrirá que todo tiene conexión: los ritos han servido para invocar a un gigantesco dios azteca.
Elaborada creación que, a pesar de la época en la que fue escrita, tiene muchas reminiscencias de la música del género de la Ciencia-Ficción de los cincuenta, aprovechando las sonoridades etéreas y acústicas tan características de aquellos filmes. El compositor desarrolló una partitura sutil, muy elaborada instrumentalmente y con un sugerente tema principal. Solo se estropea con una horrible canción discotequera final.