Durante la Guerra de Corea un soldado americano ha sido capturado y ha sufrido malos tratos por parte de un General. Unos años más tarde, el soldado se ve obligado a utilizar sus habilidades en el ring para luchar por una causa noble, pero que le puede llevar a la muerte.
Banda sonora que se sustenta en un duelo musical en dos niveles dramáticos radicalmente opuestos, en una emulación de la lucha del mal frente a la del bien, trasladada al campo de lo melódico. La primera vertiente es liderada por un tema central que se asemeja mucho a una descripción musical del fin del mundo: contundente, implacable y apocalíptico, su poderío orquestal y sinfónico –que es reforzado por temas secundarios en similar línea- es de carácter amenazante y violento. El compositor aquí no atiende a sutilezas: se trata de una música clara y directa, hostil y poderosa, con un cariz que además no da lugar a esperanza alguna.
Frente a éste, aplica melodías líricas, de enorme belleza, que son el único reducto de liberación y esperanza frente al dominio del anterior. Este bloque es liderado por un elegante y afligido tema principal con moderados rasgos de adagio que es referenciado también como motivo y que conoce diversas repercusiones donde sufre la hostigación del tema antagónico y se debilita, sufre e intenta superar tamaño acoso. Es la lucha que se desarrolla en el guión literario del filme y que hábilmente se traslada al guión musical, magnificándolo y dotándolo de un componente épico, casi operístico, aunque el final acaba siendo desesperanzado y pesimista, en el cierre de un círculo donde nada parece haber cambiado. Se acompaña de Moving Images (09).