Cuando su padre muere, un renombrado fotógrafo de guerra, regresa desde Europa a su casa, una aislada ciudad de Nueva Zelanda. Su llegada sorprende a su hermano, que trabaja como cultivador de avestruces.
Banda sonora escrita principalmentte para sintetizadores, con algunos instrumentos reales, es una creación ranquila e íntima, con un contenido aire de tragedia.