Serie televisiva sobre una chica de elevadísimo coeficiente intelectual que entra a formar parte de un proyecto policial secreto y experimental.
El compositor intenta abordar diversos frentes en la serie televisiva pero no logra consolidar ninguno de ellos, tanto por carencias de la propia estructura musical como las limitaciones de la serie. Mención especial obligada son las innecesarias, gratuitas y horrendas versiones de canciones preexistentes en escenas importantes de la trama (lo que sucede en el capítulo 5 es un bochorno). Pero incluso a pesar de eso la música no funciona ni en la acción, ni en la generación de suspense y menos en lo dramático, estancándose en la rutina, monotonía ya desde el primer capítulo, entre otras razones por su tardanza en ocupar su sitio y por su falta de liderazgo. Su tema principal es destacado pero apenas tiene brío ni presencia relevante allá donde podría ser necesario. La ausencia de ideas, los territorios tan comunes y previsibles y una impresión de gran impostura y artificio dominan una banda sonora sin alma y que es un quiero y no puedo pese a contar con momentos de interés.