Un judío superviviente del Holocausto con 90 años y alzheimer busca al criminal de guerra nazi responsable de la muerte de su familia, para vengarse.
En su nueva colaboración con Atom Egoyam, el compositor aplica otra de sus bandas sonoras dramáticas de intensa implicación en los tormentos del protagonista. Aquí la suya es una música compleja, de dolor y de rencor, una vía dolorosa que lejos de apaciguarse paulatinamente se va oscureciendo, amargando, y también destruyendo: en el desarrollo del filme y a medida que el protagonista se acerca a su objetivo, la música se va contaminando de negatividad generando un malestar que evidencia la perturbación emocional y también la desesperación del personaje. Un tema final apesadumbrado pero más liberador pone punto final a la pesadilla.