Una investigadora privada ingresa en un psiquiátrico simulando una paranoia para recabar pruebas sobre la muerte de un interno en circunstancias poco claras. Sin embargo, su encierro pondrá en duda su propia cordura.
El compositor firma una vigorosa, elaborada y deliberadamente enrevesada creación que da saltos dramáticos entre los espacios de lo real (el entorno del centro psiquiátrico) y del mundo interior de la protagonista, su plano imaginario. Durante parte del metraje se mantiene en una calculada ambigüedad e impostura, confundiendo más que aclarando, hasta que da un giro y se muestra en lo que es, liberándose y llevando al resto del filme a un viaje hacia la resolución final que es progresivamente más intenso e inquietante bello. Esta es una banda sonora que abre interrogantes gracias a un maravilloso tema para la protagonista con aires de Herrmann pero en momentos también de cinéma noir, con incisiones dramáticas y románticas espléndidas. Es el tema principal y el camino que la música hace recorrer a la audiencia para ir conociendo a la protagonista, empatizando con ella pero también generando dudas. Es una creación intensa, elegante, inteligente y sobre todo comprometida con el relato.