Un científico se obsesiona con devolver la vida a sus familiares muertos tras un accidente de tráfico.
Los compositores intentan recrear un ambiente futurista, dinámico, con elementos dramáticos que enfatizan una moderada desolación, en un contraste que funciona más musicalmente que cinematográficamente, y que no salva del desastre una película ridícula a la que la música pretende insuflar energía y vida.