Séptima entrega de la saga de videojuegos iniciada en Biohazard (96), con nuevos enfrentamientos a zombies.
Probablemente, una de las mejores creaciones musicales tanto para la saga cinematográfica como la de videojuegos. Se trata de una variada y amplia banda sonora en la que música y efectos sonoros son empleados para generar un estado de permantente tensión, terror, opresión y asfixia, con momentos demenciales, otros dramáticos desoladores y los más tóxicos y venenosos. Es elaborada, intensa y extensa.