La Humanidad convive con gente infectada por un virus devastador. Sólo la inyección diaria de una proteína evita que se transformen en zombis. Una mujer que trabaja en una unidad de investigación intentando encontrar una vacuna definitiva tiene a su novio en esas condiciones.
El compositor recrea con músicas ambientales entornos deshumanizados, apocalípticos y terroríficos, y en ese contexto inserta elementos emocionales, dramáticos, aplicados para enfatizar no solo la desolación y la necesidad de salvación sino especialmente la gran motivación, el amor.