Mientras lleva a sus hijos a la escuela, un ejecutivo bancario recibe una amenaza de que su auto explotará si se detienen y salen.
El compositor firma una rutinaria y absolutamente convencional banda sonora de acción hecha con sintetizadores que solo es llamativa por algunos de sus elementos rítmicos, aunque son demasiado reiterativos. La parte dramática es insustancial y en su conjunto es una creación monótona y meramente funcional.