Un ambicioso joven con aspiraciones a ser el rey del póker se enfrenta a un veterano del juego.
Banda sonora jazzística, adecuada en cuanto el entorno argumental transcurre en Nueva Orleans (cuna del jazz) y en el mundo del juego (en cierta manera, el cliché tan frecuente pero tan útil en la década de los sesenta). La música, alegre y dinámica, contribuye a aligerar la propia película.