Fantasías medievales en pleno corazón del Nueva York de finales del siglo XX, en el que un deprimido locutor de radio conoce a un extravagante individuo cuya locura provocó involuntariamente y al que ahora ayudará a cumplir su máximo sueño: encontrar el Santo Grial.
La combinación entre modernidad urbana y ambiente de leyenda se consigue en esta película aplicando para la primera canciones y ritmos contemporáneos y, para la segunda, melodías de cariz épico y romántico, en especial un bello vals que se escucha en la escena de la estación. La música original del compositor es, en esta banda sonora, escasa y muy dosificada, pero al escucharse en esos determinados momentos ayuda a reforzar el sentido fantasioso buscado.