En la ciudad de Idlewild se reúne mucha gente cada noche en un local que gira alrededor de dos hombres, amigos de infancia a pesar de haber crecido en ambientes muy diferentes.
Bella partitura que el compositor desarrolla en dos niveles dramáticos bien definidos: en primer lugar, solvente y cálida música jazz para el entorno ambiental; en segundo lugar, música dramática para los personajes. Esta es sobria, contenida e intimista.