Filme futurista sobre una sociedad en la que se practica el "rollerball", deporte derivado del rugby, pero extremadamente violento, en el que la vida media de un jugador es de dos partidos.
Emulando lo que se venía haciendo con algunas películas de corte futurista, se primó el contraste musical y se aplicaron numerosas piezas de música clásica. La labor del compositor fue adaptarlas y también escribió algunas melodías ambientales de acompañamiento circunstancial.