La historia de Francia a lo largo del siglo XX narrada en un filme sin diálogos, con unos personajes reunidos en una sala de baile que se relacionan entre sí a través de la música de los distintos períodos de tiempo.
La ausencia de diálogos convirtió la música en elemento fundamental en la narración de los acontecimientos del filme, a través de las distintas décadas. Además de los temas preexistentes, se incluyeron temas originales adecuados a cada uno de los períodos, conformando en su conjunto una banda sonora ecléctica pero de homogenea elegancia.