Documental en torno a la figura y obra del pintor y dibujante valenciano Josep Segrelles.
A pesar de tratarse de un documental que relata la existencia de un hombre que vivió entre el Siglo XIX y las primeras seis décadas del XX, esta no es una banda sonora que pretenda hacer un seguimiento de la época ni llevar al espectador a la misma, sino incorporar una perspectiva muy moderna, visceral, que ayuda a traer al personaje a nuestra época, a universalizar su obra y mostrarla como viva y contemporánea que sigue siendo. Es un propósito loable y atrevido, que se sustancia en el diálogo entre el piano y la guitarra eléctrica que confronta pasado con presente, nostalgia y vitalidad. El problema es que es un discurso no bien organizado ni estructurado, que muestra sus cartas demasiado pronto y que, a pesar de la variedad de temas, mantiene una misma sonoridad que acaba por ser monótona y que, cuando en la parte final se espera una elevación la música mantiene a ras de tierra al documental.