La existencia de tres personas en un entorno de pasión y obsesión.
El compositor aplica y desarrolla una banda sonora que fluctúa entre la confusión y el dolor, ambas emociones surgidas de los personajes y sus entornos y llevadas al resto del filme y los espectadores. Esta es una música de quiebro y de tormento, de desespero y de desgarro, de vacío existencial y que sostiene un muy moderado tono macabro. Pero también lo es de esperanza y de necesidad de reconciliación, que se sustancia en un elegante, bello y refinado tema principal no exento de aflicción pero que aporta luz a tanta oscuridad.