El fatídico momento que cambió para siempre la cobertura de noticias en los medios de comunicación: en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, las peripecias de un equipo de retransmisión deportiva estadounidense que hace rápidamente la transición de la información deportiva a la cobertura en directo del secuestro de los atletas israelíes.
A pesar de que toda la acción del filme transcurre en las oficinas de emisión televisiva y de que se elude mostrar directamente las acciones de los terroristas o el sufrimiento de los rehenes, la música proviene del exterior, de esas acciones y del sufrimiento y en buena medida funciona como música de fuera de campo que se pone en el campo visual y sensorial. También hay música para tensionar el ambiente y la presión de los periodistas, así como para mostrar su angustia, pero sobre todo y ante todo sirve para hacer más grande y dramático el escenario.