Un agente del FBI debe escoltar a un testigo desde Hawaii a Los Ángeles. Para intentar evitar que dicho testigo testifique, un asesino libera cientos de serpientes venenosas en el avión.
Rutinaria partitura de acción, poco inspirada y llena de previsibles efectos musicales. Carece de cualquier elemento destacable, y por momentos bordea el ridículo.