Sherlock Holmes y Watson se enfrentan a una misteriosa serie de crímenes en los que interviene la magia negra.
Un tema principal en forma de danza grotesca, casi diabólica pero también humorística, es la base sustancial en la que se asienta esta partitura, que tiene en ese tema -y en sus derivaciones- su eje básico, muy reiterado en forma de motivo y complementado por otros temas secundarios, ambientales, que recrean un entorno misterioso. Se trata de una creación sólidamente estructurada, pero discreta en sus resultados.