En la zona fronteriza entre Estados Unidos y México, una joven agente del FBI es reclutada para ayudar en la creciente guerra contra el narcotráfico. El equipo al que se adscribe se embarca en un viaje clandestino que obliga a la mujer a cuestionarse todo en lo que cree para poder sobrevivir.
El compositor aplica una banda sonora básica en sus planteamientos, eficiente en sus resultados. En su mayor parte se cubre el filme con un manto de música ambiental, atmosférica, para recrear entornos densos, crípticos e incómodos, que por momentos parecen más efectos sonoros que música, pero que en todo caso ayudan a generar esa impresión de vacío emocional, de lugar deshumanizado e irrespirable. Sobre esta base inserta los elementos dramáticos, puestos para explicar las impresiones emocionales de la protagonista (su desolación, su fragilidad, sus dudas...) y llevarlas al espectador, a quien inevitablemente se implica, en varios momentos con recursos melodramáticos y edulcorados, y en otros con una inquietante belleza, como en el caso del tema final.