Una familia colombiana, desplazada por los conflictos de su país, debe reubicarse en un lugar extraño y poblado de misterios.
El compositor aplica una música que busca fusionarse con el sonido y con el entorno, para facilitar una experiencia inmersiva a los espectadores. Lo logra y además inserta elementos dramáticos muy interesantes para explicar las experiencias, también inmersivas, de la familia protagonista. La música, sustancialmente orgánica, se desarrolla y cala paulatinamente.