Tercera entrega del videojuego Silent Hill (99), con nuevos territorios que explorar, secretos que desvelar y monstruos a los que combatir.
El compositor mantiene las mismas líneas ambientales que recrean un entorno asfixiante y apocalíptico y también melodías de tono melancólico y lírico, pero añade un toque moderno y dinámicos, con voces.