Comedia en torno a Sherlock Holmes con una diferencia: el verdadero Holmes es el doctor Watson, quien emplea a un actor para que se haga pasar por el detective. Pero el actor en cuestión es un borrachín que le saca de quicio.
Divertida y animada partitura sinfónica, con poderoso tema principal de carácter irónico, deliberadamente pomposo, que acompaña eficientemente las aventuras de los protagonistas. Fue una de las últimas oportunidades que tuvo el compositor de demostrar su valía como sinfonista.