Usuario: Mikel C.G Siw
Fecha de publicación: 02.12.2013
Siendo Thomas Newman uno de los compositores que más iluminan mi vida, su inesperada adscripción al género Bond era una noticia lo suficientemente atractiva como para ser tenida en cuenta. Ahora, con la peli en una mano y la bso en la otra, puedo decir que la aventura no ha sido para tanto… El film es ciertamente explosivo, aunque su ambiciosa propuesta crea muchas expectativas que al final no se ven cumplidas. Por otra parte, Javier Bardem (un tipo histriónico dentro y fuera de la pantalla) no parece darse cuenta de que está haciendo bastante el ridículo interpretando al primo marica del Joker recién salido de un casting de Almodóvar, y ni siquiera sus “relativas” dotes interpretativas son capaces de hacer creíble a un villano risible que no está a la altura de las circunstancias y que, simplemente, cae feo… Centrándome ya en lo puramente musical, lo cierto es que admiro profundamente la habilidad de Newman para “hacer funcionar” una partitura tan dislocada como ésta, en la que los cánones del género logran converger – casi sin hacerse daño- con el sonido característico del autor. No es una banda sonora disfrutable de principio a fin, pero contiene tracks estupendos. “Grand Bazzar Istambul”, por ejemplo, es un tema que sabe dar la bienvenida de forma imponente y rítmica, configurando un ambiente sonoro francamente apropiado. Una pena que la fórmula vaya quedándose exhausta a medida que el disco avanza, dando la impresión de que la música se estanca en determinados momentos. Todo esto produce una extraña sensación de pesadez que, afortunadamente, se diluye con la presencia de algunos fragmentos altamente sugerentes, y en los cuales la impronta de su autor aflora sin remordimientos. En este sentido, “Severine”, “Modigliani” o “Skyfall” son sublimes momentos para la introspección, a modo de pequeños bálsamos sonoros que detienen el espacio y el tiempo y abren el espíritu hacia la revelación.