Adaptación para el género del terror del cuento de Blancanieves, aunque sin enanitos, pero sí mineros.
Partitura sombría, con algunos momentos románticos (especialmente en su tema principal), en la que el compositor recurre a los coros para dar un cariz ténebre al conjunto y una impresión de lantente misterio, que se extiende a lo largo de toda la banda sonora.