Un periodista descubre malviviendo en la calle a un violinista que había sido un prodigio de la música clásica, e intenta ayudarle.
Partitura que evita tener una estructura y estética cinematográfica y aparenta ser más una pieza concertista que no una banda sonora. Junto a música de Beethoven y Bach, El compositor intenta ubicar su música en un nivel dramático similar. Pero al renunciar a los postulados cinematográficos queda expuesta a una consideración meramente musical. Estéticamente, claro, es bella. Cinematográficamente, no demasiado interesante.