En 1921 España sufre enfrentamientos entre gánsters y anarquistas. Un policía es enviado a Barcelona para colaborar en la detención de los culpables del robo a un tren militar y para ello entrará en contacto con los bajos fondos y tendrá que lidiar con sus compañeros corruptos, con el manipulador dueño de un cabaret y con sus propios sentimientos al conocer a una joven luchadora y temperamental.
Banda sonora sinfónica de género que se desarrolla en los ámbitos de lo épico, el suspense, lo dramático y lo ambiental. Cuenta con un enfático tema principal que conoce algunas transformaciones que funcionan como referencia a la época de conflicto y violencia y que acaba por integrar, siquiera momentáneamente, al protagonista. Hay un bello tema central de amor que podía haber servido de contrapunto a la violencia, pero no acaba de conseguirlo. Una bella e intensa aria (escuchar) que canta Ainhoa Arteta completa los temas centrales.
La música es elegante y bien definida, pero falla su aplicación: no estropea para nada el resto de la película, pero la mantiene a ras del suelo y no la eleva ni la trasciende, allá donde la película lo estaba pidiendo a gritos. Como en tantas películas habría sido de enorme ayuda partir de un tema inicial para presentar avanzadamente el tema musical del conflicto, el potente, maravilloso tema que suma épica+drama+tensión+amor y que permitiría al espectador conocerlo, saber su rostro, y sobre todo meterle en contexto. Ya dentro de la película no partiría de cero, en condiciones de desventaja y cuando el conflicto argumental ya ha comenzado. Bastaría con ir reiterándolo, variándolo, transformándolo para que sirva tanto para dramatizar, para referenciar o para explicar, pero sobre todo para elevar, para remarcar la importancia y relevancia de los hechos narrados: lo que representa la música está muy por encima de los personajes.