Dos niños son víctimas de una cruel broma durante un campamento y abandonados en la isla de un lago. Lejos de querer regresar para soportar las burlas, emprenden una aventura que les llevará a descubrirse a sí mismos.
El compositor aplica una bella creación que gira en derredor de un notable tema principal del que saca máximo provecho como referente de la inocencia y la bondad, aplicada sobre los protagonistas. Esta melodía, y otras que van en similar dirección, le sirven para plasmar un tono plácido, lírico y evocador. Otros temas ambientales aportan cierta calidez y desenfado. Se trata de una obra no del todo sólida en su estructura y con algunos momentos poco interesantes, pero es en su conjunto eficiente.