Continuación de Star Wars: Episode VIII - The Last Jedi (17). Los restos de la Resistencia se enfrentarán una vez más a la Primera Orden, involucrando conflictos del pasado y del presente. Mientras tanto, el antiguo conflicto entre los Jedi y los Sith llegará a su clímax.
Esto es John Williams, esto es música de máximo nivel, pero es también el cierre de una larga aventura que ha durado nueve películas a lo largo de nada menos que cuarenta años, y que no ha terminado musicalmente con un ascenso esperable y deseable a lo más alto. Uno de los mayores logros de Williams aquí, calidad de la música aparte, es el manejo de la dualidad entre Rey y la Fuerza por una parte y entre Kylo Ren y Darth Vader por otra. Y por supuesto entre Rey y Kylo Ren. El tema de Rey es utilizado en muy abundantes ocasiones, la mayor parte en la forma de breve motivo musical que algunas veces se emplea como mera cita obligada, redundante, y en otras con propósitos dramáticos, mucho más interesantes porque resaltan aspectos de sus emociones, de sus flaquezas y también de sus determinaciones: a fin de cuentas es música de personaje. Junto a este tema, y compartiendo espacio, se aplica también el de la Fuerza, una música que -como ha venido sucediendo con los Jedi- no es música de personaje sino para personaje, para el poder que emana de ella. Es una dualidad acorde argumental y dramáticamente con Rey. Durante el metraje es mucho más frecuente el tema de Rey que el de la Fuerza, y por tanto se presencia más la mujer que la Jedi, lo que plantea una pregunta: ¿llegará el tema de la Fuerza a ser el dominante en el personaje?
Igualmente, el tema de Kylo Ren, con ese punto amargo, desolador, se contrapone en el mismo ámbito al de Darth Vader, la música poderosa, marcial y arrogante que él aspira a poder poseer y que por pura comparación le debilita y le hace más vulnerable. Ciertamente en esta entrega el tema (de personaje) de Kylo Ren es más sólido y firme, como se corresponde a un personaje también más sólido y determinado. ¿Llegará el tema (para personaje) de Darth Vader a ser el domiante en el personaje? Pero Kylo Ren, a pesar de todo, lucha por mantener su personalidad y por ello se distancia cada vez más del tema de su abuelo, que acabará por ser ajeno a él y acabará siendo música del pasado como ya sucedió con varios de los otros temas en las anteriores entregas:
También destacables son las músicas de Leia y de Luke Skywalker, cuyos matices dramáticos dan calidez a los personajes, con un tono sentimentalmente crepuscular, bondadoso y cercano, lo que ya sucedía en el anterior filme, donde las músicas funcionaban a modo de mirada al pasado, de gente ya no joven y vital sino hábilmente envejecida musicalmente, pero con ternura y serenidad. Un elegante y enormemente digno ocaso (reseña episodio VIII)
Hay algo fundamental en Kylo Ren y su tema y es que cuando él pasa a ser un aliado de Rey pierde lógicamente su música (esa ya no es él) pero no gana ninguna nueva, ni tan solo se le da para compartir con Rey el tema de la Fuerza: ese tema es para ella y a él solo le aguarda una desaparición musicalmente anunciada. Estas interrelaciones son la aportación más original e interesante de Williams, pero aunque queda evidenciado no está suficientemente resaltado pues lo imposibilita la omnipresencia de las citas y reiteraciones (maravillosas) de temas perfectamente ubicados en sus sitios y de temas secundarios nuevos, también estupendos pero que asumen funciones distintas, menos relevantes argumentalmente. La incorporación, eso sí, del tema llamado en la edición discográfica The Rise of Skywalker queda diluida y sin presencia relevante en el filme, y es que el gran problema del filme es su sobrecarga de temas conocidos y nuevos a los que por la dinámica de la película no se les deja asentarse.
La escena final, la despedida a los personajes supervivientes tras nueve filmes y cuarenta años resulta musicalmente hermosa y es emotiva por lo que tiene de nostálgica al reunir a algunos de los temas centrales, pero parece algo impostada, un pupurri que era obligado y al que acaba por faltarle fuerza y vigor: debería ser la culminación musical y cinematográfica de la saga, pero está muy lejos de serlo y resulta insuficiente.
Pero a pesar de todo el conjunto de esta banda sonora aporta un final digno a la saga, aunque tampoco había muchas alternativas. Rey, al menos, se queda con sus dos temas.