A finales de los setenta un material altamente secreto es transportado en tren, pero un accidente provoca que este descarrile y una entidad de otro Planeta se libera. Unos jóvenes tienen una cámara de super 8 y lo graban todo.
El compositor aplica una brillante partitura de género que evoca en algunos elementos la música de John Williams en filmes similares y algunas de las formas de Bernard Herrmann en películas de Ciencia-Ficción, aunque esta no es una obra de imitación o referencias sino genuina y auténticamente personal. Cuenta con un notable tema central de tono oscuro y amenazante, que presenta de modo breve y que desarrolla a lo largo de la película haciéndolo crecer y tomar cada vez mayor fuerza y poder. El resto de las músicas (una suerte de ejército de temas a su servicio) van también tomando posiciones en el desarrollo de la partitura y experimentan un crecimiento espectacular, imponente y por momentos terrorífico. En el otro bando, una melodía para los humanos, dramática y frágil, que en un principio nada tiene que hacer frente al arrollamiento de las otras músicas, pero que sobrevive a la batalla y se transforma en un majestuso, elegante y bellísimo tema principal. Esta es una banda sonora ejemplar en lo musical, en lo narrativo y en lo estructural.