Una humilde familia emigra del campo a la ciudad, sin saber que lo que les espera va a ser un sinfín de problemas y dificultades.
Partitura enormemente dramática, en la que el compositor reforzó la tragedia del argumento, pero también dignificó la honestidad de sus protagonistas, con melodías tan elaboradas como sentidas, que sirvieron de apoyo esencial a los personajes. Sutilmente, esta creación expresó aquello que la censura franquista del momento no permitió a la propia película: un canto a favor de los más oprimidos. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio José Nieto dirige la música de Jesús García Leoz (99).