Un hombre que sobrevive en una isla desierta recibe la compañía del cadáver de un joven que llega a la playa. Y entabla una singular amistad con él.
Los compositores aplican una singular, poco ortodoxa creación en la que con variedad de temas y estilos, y algunas canciones, dan al filme un tono surreal y sarcástico, pero también cálido y sentimental, funcionando por contraste. Hay una pretensión de generar cierta saturación e incomodidad -con el uso de voces- a la vez que empatía con agradables melodías. Pero no acaba por funcionar en su contexto.