Documental en torno a la industria de la leche.
El compositor dramatiza el relato del documental y lo hace con un punto de partida donde presenta un breve motivo musical genérico folk, de aire afligido, que funciona como declaración de principios sobre el medio rural y agrícola, a modo de elegía. Pero inmediatamente lo pervierte en cuanto se aplica en el entorno de los lobbistas, que lo destruyen y ya no volverá a aparecer. A partir de ese momento, inflexible música electrónica e industrial, mecánica, deshumanizada. Solo, pero fugazmente, un tema pretende aportar algo de calor. Pero no eclosiona, y el tema final es la constatación de que todo parece perdido. Así, la música no es solo una descripción sino especialmente una actitud: una llamada de atención de que las cosas deben necesariamente revertirse.